miércoles, 6 de enero de 2016

6 de Enero: Un Análisis al Día de Reyes



Hace 2016 años tres magos maravillosos se postraron ante el nuevo rey del mundo, un bebé que imaginamos enclenque por las penurias pasadas por su familia, un judío nacido en Palestina de piel aceitunada y padre divino. Llegaron desde Oriente, dice la tradición, siguiendo una estrella que les marcaba el camino hasta el humilde pesebre de Belén.


Esta noche, el mundo católico recordará el momento, la Epifanía. Pero hoy sólo sería eso, memoria, añoranza, tradición. Esta noche, 21 siglos más tarde, los reyes no podrían llegar al portal. Imagina: un afgano, un iraquí y un iraní tratando de cruzar fronteras en camello, cargados de sustancias misteriosas, y teniendo como punto de llegada la Cisjordania ocupada. Jesús, hoy, se quedaría sin regalos.




¿DE DÓNDE VENÍAN?

Sólo hay una referencia sobre los magos en los Evangelios ortodoxos, concretamente en el de Mateo, que da cuenta de unos sabios que llegaron buscando al “rey de los judíos” que había nacido y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Nada más dice la Biblia. Han sido otros evangelios apócrifos o textos posteriores –sobre todo del siglo V en adelante- los que han afianzado la idea del origen, el número y su condición de “reyes”.

Pero, pese a ello, vamos a creernos las poco sustentadas teorías que han ido cuajando con el paso del tiempo sobre los Reyes de Oriente. Si nos acogemos a ellas, Melchor, Gaspar y Baltasar venían del este de Belén, rodeados de sirvientes de Persia, Babilonia y Asia Central-Sur. Concretando con la geografía de hoy, serían de Irán, de Irak y de Afganistán o quizá, Paquistán. Posiblemente, profesaban el zoroastrismo, una religión fundada por Zoroastro o Zaratustra que, entre otras cosas, defiende el libre albedrío del hombre para elegir entre el bien y el mal, hasta que le toque rendir cuentas a su muerte.


EL VIAJE SE COMPLICA

Extranjeros, de una religión perseguida y minoritaria, provenientes de países que hoy son mayoritariamente musulmanes -suníes o chiíes, según avance la caravana hacia el oeste-. Unos cuantos problemas se plantean ya de inicio: ¿serían perseguidos por los talibanes afganos y su cegata visión sectaria, carne de atentado o de ejecución? ¿O los buscaría el Estado Islámico, que ha logrado apropiarse un pedazo de Irak? Sospechosos serían para estos mentes estrechas, pero tampoco estarían a salvo, tan llamativos, de los señores de la guerra iraquíes que defienden al gobierno o a los yihadistas según suene la bolsa. A lo mejor los encarcelaban los ayatolás. Y eso sólo para reunirse los tres y emprender de veras el camino.

Pongamos que superan la prueba, que los tres amigos se unen y siguen con su aventura. Van por tierra, recuerda, que sus camellos no vuelan hasta que toca ponerse a repartir regalos. Tienen que seguir por Jordania, Israel y, de ahí, a Palestina. Jordania es el tramo más fácil, uno de los países más estables de todo Oriente Medio. A lo mejor les hacían más preguntas que de costumbre, exacerbado como está el miedo a los movimientos de forasteros en toda esa tierra-avispero. Caminarían hacia el saladísimo Mar Muerto -que aparece expresamente en algunas referencias medievales sobre los magos- y, ay, aquí ya ni es cuestión de sectarismo, profesiones de fe o radicalismos. Es cuestión de pasaporte. ¿Un iraní, un antiguo persa, tratando de cruzar un paso fronterizo que controla Israel al otro lado? No, no. Irán es el demonio, un país cuyos líderes propugnan la destrucción de Israel. Las relaciones están completamente rotas. Cualquier visita es bloqueada, bilateralmente. Uno de los tres se quedaría en el camino.

Vamos a ser optimistas: pasan dos reyes. Ya están en suelo controlado por Israel. Pero ellos necesitan entrar en Cisjordania, que es donde se encuentra Belén, a escasos minutos de Jerusalén. Eso es suelo internacionalmente reconocido como palestino, pero ocupado por Israel desde 1967, cuando la Guerra de los Seis Días. Los extranjeros pueden pasar como turistas, pero los palestinos necesitan un permiso especial para poder entrar o salir de la jaula. Los reyes siguen mirando la estrella, cruzan el desierto, se topan con las colonias en las que residen ilegalmente casi 600.000 israelíes, y llegan al checkpoint, al control militar empotrado en el muro de hormigón que aísla Cisjordania. Interrogatorio: ¿A qué vienen? ¿Qué van a hacer? ¿Tienen amigos palestinos? ¿Van a dormir en Belén? ¿Van a comprar algo?

Es muy posible que puedan conservar sus regalos, porque el problema -los cacheos, las inspecciones, los arcos de seguridad- son más habituales a la salida que a la entrada. Pero... ¿acaso quedará algo tras su travesía? Ladrones, pagos a señores de la guerra y traficantes de personas, mordidas a funcionarios, multas o cárcel, nuevos documentos -incluso falsos-, visas... Y la intransigencia de un mundo con muros nada porosos en el que tres hombres sabios, científicos y por tanto poco de fiar, con la que se toparían en cada paso.

Frase de hoy, 06 de Enero...


sábado, 2 de enero de 2016

¿Cuál es la clave de la felicidad? 75 años de estudio en Harvard nos dan la respuesta

Por Miguel Mier


“No hay tiempo, tan breve es la vida para dimes y diretes, disculpas, resentimientos y rendiciones de cuentas. Sólo hay tiempo para amar y tenemos poco tiempo hasta para eso.” Mark Twain.

¿Qué es lo que nos hace ser felices? ¿Qué es lo que nos mantiene sanos? ¿Qué es lo que nos hará llegar a una vida adulta de manera plena?

Robert Waldinger es Doctorado en Psiquiatría por la Escuela de Medicina de Harvard, Psicoanalista, sacerdote Zen y dirige la Escuela de Desarrollo de Adultos de la misma Universidad de Harvard. Waldinger dirige uno de los estudios más particulares que existen en la historia de la investigación académica en el mundo. El estudio de Desarrollo de Adultos de Harvard consiste en un proyecto único que ha mantenido su línea de investigación por 75 años, por lo tanto sus resultados son bien fundamentados. Normalmente las investigaciones sociales no pasan de los 10 años de información (por diversas razones); la de Harvard ha logrado analizar al menos 3 generaciones consecutivas. El estudio empieza con 724 sujetos de análisis en 1938, de los cuales aún viven 60 y se han incorporado al proyecto las esposas, hijos, nietos y bisnietos de las personas originales. El propósito del estudio es analizar aquellos factores que llevan al ser humano a vivir una vida sana, plena y sobretodo feliz. En diciembre de 2015 Robert Waldinger expuso los resultados de estos 75 años de investigación académica.

Desde su origen (antes de la segunda guerra mundial) el estudio fue diseñado para analizar dos grupos objetivo: Uno eran estudiantes de carrera de Harvard y otro eran muchachos de familias humildes de los suburbios de Boston. Las conclusiones del estudio aplican igual para los muchachos ricos de Harvard y para los adolescentes de niveles de educación baja de Massachusetts. Aplican para los Baby Boomers del siglo pasado y para la Generación Z de hoy.

Cuando Waldinger le pregunta hoy a sus estudiantes millennials lo que esperan lograr en la vida para ser felices el 80% le responde dinero y el 50% le responde fama. El estudio de Harvard concluye que ni el dinero ni la fama dan una vida sana, plena y mucho menos feliz.

Si lo que muchos esperan (el dinero y la fama) no son factores que llevan a una vida feliz entonces la pregunta del siglo es: ¿Cuál es la clave de la felicidad? Y la respuesta es muy simple: tener relaciones humanas saludables y constructivas.

De acuerdo a éste estudio la soledad es la condición que en el tiempo provoca la mayor cantidad de enfermedades físicas y psicológicas. Es importante aclarar que se puede estar solo aún rodeado de amigos y se puede estar solo en un matrimonio (o familia) disfuncional. De hecho Waldinger aclara que en su estudio las personas que decidieron permanecer en matrimonios conflictivos y poco afectivos mostraron efectos dañinos aún peores que el de la soledad. Tener muchos amigos (y en el mundo de hoy muchos en Facebook) no califica para tener relaciones humanas saludables y constructivas.

Las personas que vivieron más años, con salud, más felices no eran aquellas personas que tenían mejores niveles de alimentación, ni las que hacían más ejercicio, ni las que trabajaron más duro, ni las que tenían más fama o fortuna. Las personas que mostraron las vidas más plenas, saludables y felices son aquellas que dedicaron muchos años de su vida y mucho esfuerzo a construir relaciones profundas, de confianza a prueba de crisis, relaciones positivas, de amor, de respeto y de crecimiento personal. Es estudio habla mucho de las parejas por que la pareja es fundamental para construir estas relaciones funcionales. Muchas parejas felices mostraban conflictos y fricciones, pero lo que hacía a las parejas sólidas en el largo plazo, era el sentido de pertenencia empatía y apoyo en los momentos de crisis. Las personas que encontraron y construyeron relaciones de pareja, de familia y de amigos capaces de superar los grandes retos de la vida son las personas que vivieron las vidas más felices.

Si la respuesta a un estudio tan profundo y de tanto tiempo parece tan obvia ¿por qué no es posible ver a todo el mundo en esa situación de felicidad y salud? Porque no es fácil desarrollar relaciones humanas saludables y constructivas. Implica tiempo, implica esfuerzo, implica trabajo, implica inteligencia, implica tener grandes virtudes humanas como la generosidad, el perdón, la paciencia y el amor.

En las primeras semanas del año todos hacemos grandes propósitos para vivir un año mejor y a la postre una vida mejor. Muchas personas buscan hacer ejercicio, bajar de peso, ahorrar más, trabajar más, estudiar más. Todos son muy buenos propósitos y ojalá que todos logremos hacer más ejercicio, comer mejor, ahorrar más y aprender más. Pero si realmente queremos construir una vida feliz en el largo plazo nos tenemos que enfocar en nuestras relaciones personales. Si queremos tener una relación de pareja para la vejez la tenemos que buscar, cuidar y nutrir hoy y todos los días. Si buscamos tener familias unidas tenemos que dedicar el tiempo y la atención para crear esos lazos a prueba de crisis. Si queremos tener un grupo de amigos positivo que nos ayuden a sortear los retos de la vida los tenemos que fomentar constantemente y no dejarlos para los momentos de crisis. Un gran consejo para el 2016 es menos tiempo de pantalla (en el formato que sea) y más tiempo cara a cara.

Ojalá que hayan aprovechado estas fiestas para pasar tiempo de calidad y construir relaciones de largo plazo con sus parejas, familia y amigos; si no hagan planes durante el año. Espero que el 2016 llegue a sus vidas con salud y que se cumplan todos sus deseos. Espero que la sencilla lección que se desprende de 75 años de estudio en una de las Universidades más prestigiadas del mundo nos ayude a pensar si estamos construyendo las relaciones de largo plazo que nos harán vivir vidas más saludables y felices. Si no lo estamos haciendo estamos a tiempo de cambiar nuestros propósitos por aquellos que serán un regalo de vida: desarrollar relaciones humanas más saludables y constructivas.

Frase de hoy, 02 de Enero...